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Third Culture Kids (TCKs)

Actualizado: 15 sept


¿Third Culture Kids? ¿Chicos de Tercera Cultura? ¿Qué es eso...?


Una forma muy fácil de saber si alguien es o fue un Third Culture Kid (TCK) es haciéndole la simple pregunta de:


¿De dónde eres?


Esta pregunta, la que para tantos otros es una simple pregunta, puede ser un poco complicada de responder para los chicos de tercera cultura.


Escenario 1


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¿De dónde eres?

De Chile


Pero ¿no pareces de Chile?


Es que nací en Hong Kong, y me fui a Chile a los 7 años.

(Mientras tanto en mi mente: Para la próxima diré que soy de Hong Kong... Pero ¿Soy de allí? mi cantonés es limitado y no podría explorar la ciudad sin google maps... No tengo amigos de infancia allí. No vi sus series de TV, no leí los libros que todos leyeron en el colegio... sólo el pasaporte dice que soy de allá 🤭)



Escenario 2


¿De dónde eres?

De Hong Kong (Sobre todo cuando no tengo muchas ganas de explicar 😅)


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A) Pero... como que tienes un acento al hablar el cantonés? (si es que estoy hablando en cantonés)


B) ¿Y por qué sabes hablar español? (si es que estoy hablando en español)


(Y termino explicando igual) Es que crecí en Chile y estudié los 12 años del colegio allá. No tuve oportunidad de seguir aprendiendo cantonés.


Ahh... y por qué ahora vives en Taiwán, por qué no en Hong Kong?

Es una larga historia...


La definición oficial de un Third Culture Kid (TCK), o niño de tercera cultura, es la siguiente: una persona que ha pasado una parte significativa de sus años de desarrollo viviendo fuera de la cultura de sus padres. Crece sin sentirse completamente parte de la cultura de sus padres, ni de la cultura del lugar donde vive. Así, entre ambas surge una tercera cultura: una identidad única.

Y para los que alguna vez fueron TCKs y ahora son adultos, se les denomina también ATCK (Adult Third Culture Kid).


Se comenzó a usar el término TCK en la década de 1950, es bastante amplio y abarca a hijos de misioneros, diplomáticos y inmigrantes-emprendedores, entre otros. Quizás el más conocido sea el ex-presidente de Estados Unidos, Barack Obama: hijo de padre de Kenia y madre estadounidense, que pasó su infancia entre Indonesia y Hawái.


Con toda la gente que está inmigrando a otros países, o son nómadas digitales, o las familias que están haciendo worldschooling, se podría decir que los TCKs van a ir cada vez más, en aumento.


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¿Conoces a algún niño/a de tercera cultura? ¿Trabajas en algún rol, como por ej. profesor/a, terapeuta del lenguaje, psicólogo/a, en el que podrías interactuar con algunos de ellos?


En definitiva, es positivo tener un término que nos ayude a identificar a estos niños dentro de las comunidades de las que formamos parte; ya que si bien, generalmente son niños muy adaptables, hablan más de un idioma, y pueden tener otras ventajas que son comunes entre los TCKs...


Pero también son niños que puede que hablen varios idiomas pero ninguno los manejan al nivel que les gustaría, o que estén pasando por periodos de estrés o un sentido de pérdida de identidad al extrañar la cultura que dejaron atrás (si es que inmigraron a un nuevo entorno hace poco). Esto también conocido como:


"Cultural jet lag", es un término que describe el desfase emocional y mental que experimentan muchos Third Culture Kids (TCKs) al moverse entre culturas.

Así como el jet lag ocurre cuando cambias de zona horaria y tu cuerpo tarda en ajustarse, el cultural jet lag sucede cuando tu identidad, valores y costumbres no encajan del todo ni en la cultura de tus padres ni en la del país en que creciste.

En breve: es la sensación de desajuste cultural que tienen los TCKs al no sentirse completamente de “aquí” ni de “allá”.


Los expertos recomiendan fomentar espacios de conversación abierta dentro de la familia para comprender cómo cada miembro está afrontando la mudanza. Es importante que los padres observen cambios en la conducta de sus hijos, como si se aíslan mucho o comportamientos inusuales, y los tomen como señales para iniciar un diálogo o buscar ayuda profesional. Escuchar con atención y validar sus sentimientos de duelo (sí, suena fuerte pero tanto niños como adultos pueden pasar por duelo durante estos cambios drásticos!) es clave para ayudarles a procesar la transición y avanzar de manera saludable.


Habiendo mencionado todo esto, el término TCK no es, ni tiene porque ser un término con connotación negativa. De hecho hay quienes plantean que gracias a ese trasfondo multicultural que distinguen a los TCKs, pueden aportar a sus comunidades y entornos de una manera muy especial: ser puentes entre esas culturas. (Si te interesa, puedes escuchar esta charla de TED).


Una de las formas de ser puentes, es a través de sus habilidades de hablar diferentes idiomas. O no necesariamente diferentes idiomas, sino también entender diferentes acentos, vocabulario, etc.




Mi amada lengua... no-materna: el Español


En nuestra familia, habemus una Adult Third Culture Kid (ATCK), quien les escribe, y nuestros dos pequeños también son TCKs. En el futuro, probablemente respondan a la pregunta ¿De dónde eres? algo así como: Nacimos en Chile, pero crecimos en Taiwán y .... (lo que venga después).


Lo interesante es que hace poco les pregunté a ellos por separado: ¿De dónde eres? Y los dos me respondieron que son de Taiwán 🇹🇼! (sólo después de preguntarles: ¿seguro? agregaron Chile!)


Aunque ellos han crecido aquí en Taiwán, sus amigos hablan en mandarín y/o inglés, celebran los feriados de aquí, leen los cuento de aquí, etc.... En casa, seguimos hablando en Español (y español bien chileno) 🇨🇱 y seguimos hablándoles de ese país que los vió nacer.



En mi caso, como ATCK, reflexiono sobre mi propia experiencia: Mi familia y yo nos fuimos a Chile cuando tenía 7 años, sin saber ni decir ¡hola!... Por lo que la primera gran responsabilidad que tuvimos con mi hermana fue: aprender el idioma. Recuerdo aún mi amado Silabario... con el que aprendí el Español. Tuvimos la fortuna de que varias personas de gran corazón nos ayudarán en este proceso, pero sin duda tengo que darle los créditos a este simple y maravilloso libro:


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Luego comenzando el colegio, y con ello la inmersión a este nuevo país, su idioma, costumbres y cultura, se acelero nuestro aprendizaje y absorción de todo lo novedoso y ajeno.


A tal punto que se volvió lo propio, y crecieron raíces que formarían parte intrínseca de mi identidad: cantar el himno nacional de Chile cada lunes al izar la bandera, los snacks que nos gustaban: tomar "Kapo" (jugo muy muy artificial y con mucho colorante y saborizante 😆), aprendernos las rondas infantiles que ya todos se sabían: arroz con leche, caballito blanco llévame de aquí, etc.!


Una de las cosas que siento que me hubiera ayudado a mantener parte de mi identidad de Hong Kong 🇭🇰 es: seguir aprendiendo el idioma cantonés y continuar leyendo o escribiendo en ese idioma.

Lamentablemente por diferentes motivos no seguimos aprendiéndolo, y poco a poco nuestro vocabulario se fue reduciendo.


Y por esas cosas de la vida, hoy vivimos en Taiwán, he podido aprender este idioma de chino mandarín (que comparte los mismos caracteres de chino tradicional con el cantonés), y en cierto sentido he recuperado, o mejor dicho, expandido parte de mi identidad que había perdido.


Y por esas vueltas de la vida también, hoy mis hijos estudian usando el chino mandarín, pero no tenían suficiente exposición a su primera lengua: el español! Es por eso que lo primero que se me vino a la mente fue el fiel Silabario. Ahora hay versiones más modernas, como éste de abajo que me regalo una amiga de México:


Español en el verano, entre media a una hora al día. No siempre tienen ganas, pero espero algún día lo apreciarán! (A mí me hubiese gustado me dieran un empujoncito 😅)
Español en el verano, entre media a una hora al día. No siempre tienen ganas, pero espero algún día lo apreciarán! (A mí me hubiese gustado me dieran un empujoncito 😅)

Mantener el nivel o seguir expandiendo sus habilidades de entender, hablar, de leer y escribir en la que fue su primera lengua, es muy beneficio a la hora de mantener parte de su identidad y que no sientan esa total desconexión por lo que dejaron atrás geográficamente. Obviamente no es la única forma, puede ser también a través de la música, del arte, de la comida, el deporte, etc.


Ej.: Jugar fútbol con niños que hablan Español en Taiwán ayudó muchísimo con la transición.
Ej.: Jugar fútbol con niños que hablan Español en Taiwán ayudó muchísimo con la transición.

La idea es que los niños durante esas transiciones tan difíciles no se sientan abrumados o frustrados por la falsa sensación de no ser "ni de allá, ni de acá", sino que poco a poco vayan descubriendo que "son de allá... como también, son de acá".

De transformar el sentirse 'extranjero' en el país de tu pasaporte, 'extranjero' en el país que creciste, 'extranjero' en el país que vives ahora... a entender que has expandido tu capacidad para ser ciudadano de todos esos lugares a la vez.



Reflexión


Todo indica que cada vez tendremos más "third culture kids" (TCKs) a nuestro alrededor. Como padres, o como adultos que interactuamos con ellos en distintos ámbitos, enfrentamos el desafío y también la oportunidad, de impactar positivamente en sus vidas: aprovechar esos momentos de encuentro para apoyarles en los difíciles procesos de adaptación y ajuste.


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Para los niños mayores, lo más doloroso al mudarse suele ser dejar atrás sus amistades. Es clave ayudarles a comprender que esas relaciones pueden continuar en otros formatos (cartas, videollamadas, correos electrónicos, dependiendo de lo que sea apropiado a su edad) y, al mismo tiempo, apoyarles en la creación de nuevas amistades en el país de destino.


Otro factor que es común entre los TCKs es que crecen lejos de su familias extendidas (Abuelos/as, tíos/as, primos/as, etc.). Es bueno también que puedan buscar formas de mantener esos lazos, aunque sea a través de videollamadas, o mensajes. Y a la vez encontrar comunidades con las que ellos puedan sentir cercanía y cariño, para algunos son comunidades de sus países de origen, para otros worldschooling hubs, para otros sus iglesias, etc.


Como sea, y dependiendo del caso particular de cada familia, la idea es buscar esas maneras de facilitar la transición y volverlo en algo beneficioso para el niño/a. 🧡



Finalmente, para nuestra familia y en nuestro contexto de fé cristiana: más allá de los cambios de país, idioma o cultura, como familia hemos llegado a comprender que nuestra verdadera identidad no depende de dónde nacimos, crecimos o vivimos, sino de dónde verdaderamente pertenecemos: en la presencia de Dios que nos ama. Saber que allí es donde fuimos creados para permanecer y que Él nos conoce completamente... nos da paz para enfrentar los desafíos del presente y esperanza para el futuro. Esa certeza nos recuerda que nunca caminamos solos, y que aunque en cada transición hay dificultades, siempre contamos con Su amor incondicional, gracia y propósito.



¡Esperamos que esta información te sea útil o de inspiración!

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